El ministro de Industria, Josep Piqué, afirmó ayer que es consciente de los "graves problemas" que sufren los aeropuertos españoles, y afirmó que el recorte de los más de 16.000 vuelos de Iberia es un "mal menor". Lamentó la situación en que se encuentra el tráfico aéreo y pidió disculpas a los usuarios, pero alegó que las medidas para arreglar el desastre no son fácilmente aplicables por la "complejidad de los problemas".
Piqué, que contestó a las preguntas de la oposición en la sesión del control parlamentario, quiso destacar que la medida era de carácter "excepcional" y manifestó que no había lugar al "alarmismo". El diputado de Nueva Izquierda Ángel Peralta discrepó. Peralta indicó que a él sí le parecía alarmante "la incapacidad" del Ejecutivo para garantizar y gestionar el crecimiento de este país, especialmente en el sector turístico. Peralta se dirigió también al ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, para espetarle que había acudido a las más variadas explicaciones, excepto a la autoculpa que le correspondía por "acción y omisión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 1999