En relación con la noticia aparecida el día 26 de abril de 1999 en la página 32 de EL PAÍS titulada Muere un indigente drogadicto tras recibir una paliza a manos de una cuadrilla de jóvenes en Getxo, quiero manifestar mi desacuerdo por el tono irrespetuoso que se otorga al fallecido. La drogodependencia es una enfermedad y el ciudadano muerto por una paliza en Bilbao no se merece que su trastorno presida el anuncio de su muerte. Curiosamente, la dramática noticia adyacente titula: Un hombre mata a cuchilladas a su hijo de tres años. Si este hombre sufriera de úlcera, ¿el titular sería Un hombre ulceroso mata a cuchilladas a su hijo de tres años? Por favor, permitamos al menos que los muchos drogodependientes que fallecen puedan, al menos en la prensa, aparecer como lo que son: seres humanos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 1999