El paisaje industrial, las viejas instalaciones en desuso que quedan como legado de otra etapa del País Vasco, forman parte de la cultura y merecen una mirada a su historia. Ésta es la filosofía que ha guiado el proyecto Paisaje, industria y memoria, encabezado por el crítico de arte Fernando Golvano y el fotógrafo portugués Luis Palma que ha adquirido forma de exposición. La muestra, que se abrirá hoy al público en el Museo de San Telmo de San Sebastián, reúne una veintena de imágenes de vestigios localizados en lugares como la ría de Bilbao, Irún o San Sebastián. Las fotografías, más allá de la estética, encierran un discurso de respeto hacia la cultura. "No se trata de generar una cultura de mantener un excesivo fetichismo por tirar, pero tampoco de estar siempre atado a lo nuevo", dijo Golvano. Los impulsores del proyecto se interesaron por registrar parte del movimiento de transformación contínuo del paisaje industrial. Así, entre las imágenes pueden verse las ruinas de las empresas Elgorriaga y la Palmera de Irún, que no pudieron fotografiar antes de su derribo. O la frontera con Francia, cuya actividad queda para la memoria. De las paredes de la sala cuelga también la imagen de la Fábrica Muncipal de San Sebastián e instantáneas de las papeleras de Tolosa, que miran hacia la crisis. Esta muestra se enmarca dentro de un proyecto que incluye la publicación de un libro catálogo y la celebración de unas jornadas de reflexión sobre las ruinas industriales y los escenarios en proceso de reconversión o desaparición. Y ha visto la luz gracias a la colaboración institucional de la Diputación de Guipúzcoa, Donostia Kultura y el Centro Portugués de Fotografía de Oporto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 1999