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Chicos Mambo Show mezcla danza, canto y transformismo en su montaje "Meli-melo"

La danza se mezcla con el transformismo, la pantomima, el canto y el teatro en el montaje Meli-melo (batiburrillo, en francés) del grupo Chicos Mambo Show. Meli-melo se representará mañana en una única función en el Teatro Barakaldo. Sus autores subtitulan el espectáculo como un zapping musical y visual. La obra es, en realidad, un collage, que surge de la suma de 22 números independientes, en los que a su riqueza plástica y a la fantasía escénica, se une la mordacidad e ironía característica de Chicos Mambo Show. En cada una de las historietas incluidas en Meli-melo, la compañía arremete contra un aspecto del mundo de la danza, con una vocación desmitificadora. El montaje surge de la danza, la forma de expresión que mejor maneja la compañía, sobre una banda sonora que resulta fundamental para que el espectáculo consiga su ritmo interno. Los cuatro miembros del grupo se desdoblan a lo largo del espectáculo en 40 personajes, que danzan al ritmo de diferentes músicas en cada número. A pesar de tono de parodia con el que se aborda el ballet clásico y la danza contemporánea, la gimnasia rítmica, el jazz o la natación sincronizada, a la búsqueda de la sonrisa o la carcajada de los espectadores, los responsables del montaje aseguran de que se trata de un "homenaje a la danza". Chicos Mambo Show está formado por el corso Philippe Lafeuille, los catalanes Xevi Dorca y Xavi Estrada y el navarro Jon García. Meli-melo ha surgido de un guión de los propios intérpretes, aunque la dirección de escena ha quedado en manos de Óscar Molina.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de mayo de 1999