Por suerte, al jazz todavía le sobreviven algunos inventores genuinos. No es que Milt Jackson (Detroit, Michigan, 1923) haya descubierto la pólvora jazzística, pero puede presumir de haber guiado al vibráfono hacia la modernidad allá por los años cuarenta. A él le corresponde el título de bopper arquetípico en materia de varillas y mazos. Y en esa modernidad vertiginosa y esquemática, que él dulcifica y pone de tiros largos, sigue encontrando su razón de ser.Como siempre, salió hecho un pincel, con un traje inmaculado y pañuelo a juego con la corbata; juncal y lozano. Su jazz resultó igual de juicioso, cortés y pulcro. Quizá por sus muchos años como miembro de honor del exquisito Modern Jazz Quartet, en sus conciertos no hay espacio para solos maratonianos o brusquedades. Nunca dejó que los temas excedieran los cinco minutos y sus intervenciones solistas sonaron a compendio de sabiduría concentrada, libre de retórica y empapada de blues. Contrabajo y batería bordaron sus papeles, mientras el pianista Mike LeDonne se refugió en una discreción que a veces pareció elegancia y otras puro deseo de anonimato.
Milt Jackson Quartet
Actuación de Milt Jackson (vibráfono), Mike LeDonne (piano), Pierre Boussaguet (contrabajo) y Alvin Queen (batería). C. M. U. San Juan Evangelista. Madrid, 16 de mayo
Hubo piezas menores y joyas como Off minor o In a sentimental mood. Y la propina fue su eterno Bag"s groove (Bags es el apodo que alude a sus tremendas ojeras). Como si quisiera recordar que por los inventores de verdad no pasa el tiempo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de mayo de 1999