El neozelandés Clint Hallam, primer hombre en recibir un transplante de mano de un donante muerto, ya puede utilizar su nuevo miembro: ha escrito una carta de agradecimiento a los médicos que le trataron y espera tocar el piano en septiembre, un año después de la operación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de mayo de 1999