El dueño de uno de los pisos desde los que el Cesid espiaba la sede de HB en Vitoria identificó ayer ante el juez que lleva el caso al sargento del Ejército Víctor Casterán como uno de los arrendatarios de la vivienda. El abogado de HB que se ocupa de este caso, Iñigo Iruin, indicó que este testimonio aporta nuevas pruebas sobre la participación de Casterán en el espionaje a la formación independentista vasca.El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la capital alavesa sometió ayer a una prueba testifical al propietario de la vivienda -situada frente a la sede de Herri Batasuna, en el número 1 de la misma calle Ramiro de Maeztu- y a su hijo. Ambos reconocieron a Casterán en una fotografía que les mostró el juez. "No ha habido dudas en su identificación", aseguró Iruin.
Desde este piso se realizaban filmaciones y se obtenían fotografías de las personas que entraban y salían de las oficinas de HB. El sargento ya compareció ante el juez instructor, pero se negó a declarar.
En la misma diligencia testifical, el hijo -la primera persona que accedió al piso tras ser abandonado por sus ocupantes al descubrirse los pinchazos del Cesid- reconoció que en la casa se encontró material fotográfico, envoltorios de temporizadores y un billete de avión de 1988 a nombre de otro de los militares, que también figura imputado en la causa.
Tras la declaración de ambos testigos, el juez y las partes realizaron una inspección ocular del piso, precintado desde julio del año pasado. En una habitación hallaron fotografías de miembros de la anterior Mesa Nacional de HB, que actualmente cumplen condena en la cárcel, y de la actual. Según Iruin, las imágenes demuestran que "se realizaba espionaje político a un partido legal, y no como dijo el ministro de Defensa, Eduardo Serra, una operación contraterrorista". La investigación estaba bloqueada desde hace diez meses por la negativa del juez instructor a practicar las pruebas que ayer se realizaron. En abril pasado la Audiencia aceptó el recurso de Iruin contra tal negativa, lo que ha permitido reanudar la investigación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de mayo de 1999