El catedrático de literatura de la Universidad de Deusto, Juan Manuel Díez de Guereñu, ha recopilado en un volumen la poco conocida influencia del creacionismo en la poesía española. Poetas creacionistas españoles ha sido editado por el Centro de la Generación del 27, tiene 294 páginas y será presentado mañana en la Feria del Libro de Málaga. Era en plena eclosión de las vanguardias artísticas, cuando en 1918 apareció por Madrid un poeta chileno, Vicente Huidobro, proclamando una nueva suerte de hacer versos: el creacionismo, más conocido como ultraísmo, lema que alcanzó más fortuna que el anterior. Al calor de este ismo que sustentaba su poética en el uso no descriptivo de la imagen de forma semejante al cubismo pictórico, y que pretendía "hacer un poema como la naturaleza hace un árbol", dos poetas españoles aprendices entonces y amigos, se abrazaron a la nueva estética. Fueron Gerardo Diego y Juan Larrea quienes hicieron -uno durante un tiempo, el otro casi toda su vida- obras notables amparadas en aquel ismo que acabó preñando el surrealismo español. Un alumno de Diego, Luis Álvarez Piñer, también llenó de creacionismo sus primeros versos de los años 30. Luego calló duranet 60 años para sorprender a todos ganando el Premio Nacional de Poesía en 1991.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de mayo de 1999