La Administración de Estados Unidos no puede escapar a su parte de culpa en el supuesto robo de secretos sobre armas nucleares por parte de espías chinos y por la venta de tecnología de defensa a Pekín. La lentitud de la Administración a la hora de reaccionar ante los fallos de seguridad en los laboratorios de armas y la negligencia de los controles en la exportación de equipamiento, (...) la han hecho un blanco fácil para los ambiciosos espías chinos. Estos fallos son precisamente los síntomas más recientes de la profunda confusión sobre el rumbo de la política de Estados Unidos hacia China. La Casa Blanca quiere enfrentarse con cautela a Pekín, pero se lo impide, ante la proximidad de las elecciones, el miedo a la reacción del Congreso y de la opinión pública. Esto explica el fracaso en las concesiones a China en materia comercial, (...) el mal manejo de la respuesta de Estados Unidos al bombardeo de la Embajada china en Belgrado y por qué se ha dejado caer ahora el escándalo del espionaje. (...) La política estadounidense con China debe ría seguir dos caminos. Por un lado, Pekín debería recordar que cualquier uso agresivo de tecnología robada, (...) traería como consecuencia una contundente respuesta. (...) Por otro lado, Estados Unidos no debería tener más dudas sobre si puede comprometerse con China en aquellas cuestiones en las que hay un interés común. (...) Estados Unidos debe actuar honradamente con China. Esto significa ser constantemente estricto en materia de seguridad y positivo en lo comercial.
, 26 de mayo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de mayo de 1999