Comenzó como una broma que un artista llamado Marc Parrot realizaba en sus recitales, en los que intercalaba versiones de Antonio Molina y otros artistas que evocaban la España más cañí y racial. Luego llegó un programa televisivo capitaneado por Andreu Buenafuente, y en él tomó cuerpo El Chaval de la Peca, un artista emergido de la España profunda que reivindicaba todo eso que las nuevas generaciones de modelnos consideran casposo y hortera. La bola fue creciendo, y el poder de la televisión convirtió a El Chaval en un fenómeno mediático. El Chaval supo construir un personaje que funcionaba tanto en su discurso como en la selección de los temas cuya versión hacía, temas que hunden sus raíces en la memoria de los padres de quienes los consumen. El siguiente paso, también televisivo, vino por la estupenda versión que El Chaval hizo de Libre, una pieza que popularizó Nino Bravo y que El Chaval ha convertido en enganche para la telefonía móvil. Fue tal el impacto de este tema, que se hubo de incluir en la reedición de su primer disco, álbum que está alcanzando unas importantísimas ventas. Con El Chaval convertido ya en un icono del revival, llega ahora su segundo disco. Entre esta noche y mañana (21.30 horas), el artista y sus maestros grabarán en La Paloma este segundo álbum, una grabación en directo en la que por supuesto se incluirán nuevas piezas que no se apartarán en lo sustancial del camino artístico emprendido por este artista insólito al que el binomio oportunidad y televisión han hecho famoso.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de junio de 1999