La influencia de los factores hereditarios en el comportamiento humano gira en torno al 40% y el 60% respecto a la que ejerce sobre la persona el entorno en el que creció o la educación recibida. Así lo señaló ayer el catedrático de genética de la conducta, Robert Plomin, del Instituto de Psiquiatría de Londres. Más importante que este dato, sin embargo, es para Plomin haber superado las tesis de hace un par de décadas que limitaban la importancia de lo heredado al 2% o 5% y que defendían que el ser humano es lo que ha aprendido. El genetista británico, destacó también la importancia del medio en el que se desarrolla la persona y explicó que no se puede estudiar el comportamiento, la inteligencia o determinadas enfermedades mentales atendiendo exclusivamente a factores hereditarios o culturales. En la primera jornada del congreso de Genética del Comportamiento que se celebrará hasta el próximo viernes en la sede de Valencia de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, Plomin negó que la corriente que impulsa la importancia de la carga genética pueda desembocar en tendencias deterministas. Peter Mc Guffin, director de las jornadas destacó la importancia que tendrá en el desarrollo de la identificación de los genes que intervienen en diversas patologías para realizar tratamientos más específicos, no directamente sobre la carga genética sino de tipo farmacológico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de junio de 1999