Varios vehículos propiedad de jugadores, empleados y dirigentes del Hércules aparecieron en el aparcamiento del estadio José Rico Pérez con las lunas rotas y daños en las carrocerías hechos a pedradas, así como las ruedas pinchadas, tras el descenso del equipo a Segunda B.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de junio de 1999