La Entesa de Igualada, formada por una alianza entre socialistas e IC, se convirtió ayer en la fuerza más votada de la localidad con 10 concejales. CiU no sólo perdió la primera posición, también se quedó con sólo ocho ediles sobre los nueve que obtuvo en 1995, cuando ya descendió uno respecto a 1991. La izquierda puede gobernar con el apoyo de los dos concejales de ERC, salvo un improbable pacto entre la formación republicana, CiU y el PP, que ha logrado un concejal. La población donde se ha registrado un resultado más sorprendente es Puigcerdà. ERC gobernaba en precario con dos concejales, que se convirtieron ayer en nueve y, por consiguiente, en una mayoría absoluta para los próximos cuatro años. Berga, una población de la Cataluña interior tradicionalmente convergente, se fue anoche a dormir con un consistorio inestable. CiU, que tenía ocho concejales, se quedó en siete, por lo que ya no podrá gobernar con el apoyo del PP, que pasó de dos a uno. Por el contrario, los socialistas suben a cinco desde cuatro y ERC a cuatro desde tres. Ambos partidos se hallan en disposición de pactar un nuevo gobierno local de carácter progresista. CiU no logra la mayoría absoluta en Vic, aunque sus 10 concejales sobre 21 deberían permitirle seguir gobernando la ciudad. ERC y el PSC también avanzan en la capital de Osona. Mayor es el retroceso de la coalición nacionalista en Sitges, donde sus siete concejales se quedaron ayer reducidos a cinco, los mismos que los socialistas. Los nacionalistas revalidan sin problemas su mayoría en Manlleu. Los socialistas, por su parte, logran 13 concejales en Vilafranca (sobre 21) y 11 en Manresa, tres más de los que obtuvieron hace cuatro años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de junio de 1999