Como activista de Greenpeace quiero hacerle llegar mi preocupación por la situación de inseguridad en la que se encuentra la central de Garoña y por el grave peligro que supone continuar con su funcionamiento. Por esta razón, apoyamos al Ayuntamiento y a los vecinos de Frías en su lucha por evitar que se deniegue el permiso para continuar con su explotación.
Y asimismo nos unimos a los que exigen una total transparencia informativa sobre la situación de las centrales nucleares, rechazando de paso la política de secretismo que habitualmente practica el Consejo de Seguridad Nuclear.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de junio de 1999