Vanessa Hardwick, de 33 años, profesora de gimnasia y entrenadora del equipo femenino de fútbol Oxford United Ladies, ha sentado un precedente deportivo y legal muy a su pesar. Deberá ser indemnizada por la Federación Británica con 16.000 libras (4 millones de pesetas) por haberle negado la licencia que le permitiría ascender a la Primera División. Según el órgano que representa al fútbol en el Reino Unido, "las mujeres se ponen muy nerviosas cuando menstrúan". La frase, considerada discriminatoria por un tribunal laboral de Londres, ha bastado para reivindicarla. Pero Hardwick no ha ganado aún la batalla. Si la federación no le da pronto el discutido permiso, la multa ascenderá otras 10.000 libras (2.500.000 pesetas). El preciado documento, para el que debió superar antes un cursillo obligatorio de dos semanas, le abrirá las puertas del fútbol británico de altura. Ella aprobó con mejor nota que los varones que se examinaron a la vez, pero se impuso su "condición más femenina": la menstruación. Según el rotativo The Times, la Federación futbolística considera que el estado emocional de las mujeres es imprevisible y quebradizo en esos momentos. No están por tanto capacitadas para llevar las riendas de un partido de envergadura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de julio de 1999