El ex número dos de Convergència Democràtica (CDC), Miquel Roca, advirtió ayer contra los efectos negativos que a su juicio tiene el acomodamiento en el poder. El histórico dirigente de Convergència, que el jueves puso fin a su prolongada carrera política al cesar como concejal del Ayuntamiento de Barcelona, aseguró en COM Ràdio que "no es buena la instalación permanente en el escenario político". Y agregó, para ilustrar su posición: "Acabaremos confundiendo el país, la ciudad o el barrio con el hortet de casa, con la sensación de que es el nuestro, el que cultivas todas las mañanas y que a veces llegas a confundir tu interés personal con el interés general". Algunos sectores de CiU han reprochado a Roca que haya realizado una oposición excesivamente moderada durante el pasado mandato. Entre los dirigentes que se han pronunciado públicamente en este sentido destaca el nuevo concejal de Barcelona Oriol Pujol, hijo de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat desde 1980. En la entrevista, Roca dijo que existen diferentes maneras de entender la política. Explicó que aunque considera legítima la permanencia en el poder, él prefiere defender la renovación y el cambio político. El ex secretario general de Convergència Democràtica aseguró: "Es bueno que de vez en cuando el país pueda someter a examen el interés general y que lo pueda redefinir sin que tú puedas llegar a ser un obstáculo". Roca aseguró que su adiós de la política es definitivo porque cree que es necesario dar paso "a gente nueva, a nuevas actitudes personales, nuevos estilos". El ex dirigente nacionalista explicó que siempre tuvo claro que él estaba de tránsito en la política y que los paréntesis en la profesión son buenos porque la persona que los realiza "vuelve enriquecida, capaz de asumir mejor la palpitación de la calle". Roca se mostró especialmente satisfecho de haber participado en "tres hechos fundamentales para Cataluña": la redacción de la Constitución, la construcción del autogobierno y la elaboración de la Carta Municipal de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de julio de 1999