LUIS ÁNGEL HIERROEl pasado sábado tomaron posesión los nuevos alcaldes elegidos para los próximos cuatro años. Con ésta ya son seis las ocasiones en las que los alcaldes han sido elegidos libremente, en un sistema democrático que permite que nadie nos pueda ser impuesto al margen de nuestra voluntad. No obstante, como es común afirmar, la democracia no es un sistema perfecto, sino simplemente el sistema menos defectuoso para designar a quienes nos gobiernan. A lo largo de la historia existen fallos escandalosos de la democracia que obligan a una valoración permanente de la misma. El más espectacular por lo inhumano de sus resultados fue la elección de Adolfo Hitler, pero casos recientes como el de Yugoslavia, con la elección de nacionalismos radicales que han producido una guerra de casi 10 años, nos confirman la necesidad de estar siempre vigilantes. En España, primero, el fenómeno Ruiz Mateos y ahora el de Gil, marcan la evidencia de que la manipulación y, fundamentalmente, el descontento pueden generar resultados de votación inconsecuentes con los valores propios de la democracia. No obstante, la democracia es un fenómeno vivo, que si se consigue mantener en el tiempo por la tenacidad de los partidos políticos, termina por expulsar a los no demócratas del poder. En este sentido, una de las victorias morales más grandes de las últimas elecciones ha sido la recuperación para la democracia de una pequeñísima localidad sevillana, Castilleja de Guzmán, apenas con 1.200 habitantes y a menos de cinco kilómetros de Sevilla capital, que durante 36 años ha sido subyugada, primero por el dedazo franquista y más tarde por unos votos comprados de personas que aparecían en un censo a todas luces falseado. El alcalde más antiguo de la provincia ha pasado al retiro, después de la aplastante victoria del PSOE de la localidad, y en breve desaparecerá el nombre de General Franco de su avenida principal, los ciudadanos podrán acceder a los expedientes de obras, no se impedirá a la oposición hablar en los plenos, ni se aprobarán una normas subsidiarias pagadas por los dos únicos propietarios de suelo, etcétera. Todo será distinto, porque desde el día 3 de julio de 1999 Castilleja de Guzmán "grita democracia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de julio de 1999