Conocida por la prensa la selección de equipos invitados a concursar en la ampliación del Museo Nacional Reina Sofía, hemos sido sorprendidos con la exclusión del equipo formado por los arquitectos José Luis Íñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro Sarmiento, autores del proyecto del actual museo. Estos arquitectos, sobradamente conocidos, lograron no sólo salvar el edificio de Sabatini, sino que construyeron un ejemplar museo de altísima eficacia funcional y de elegante sobriedad. En este museo, verdaderamente singular, funciona un variado y amplio programa en el entorno de las artes plásticas, la música, la literatura, etcétera, que interesa a todas las capas de la sociedad, desde los ciudadanos de a pie hasta los especialistas en el debate teórico-crítico o los propios creadores, que se encuentran activamente en este magnífico contenedor. Sin operaciones de mercadotecnia ni apoyo de fundaciones, el Museo Reina Sofía constituye ya un lugar emblemático de nuestra ciudad y un referente cosmopolita de nuestro país. Que este equipo (completado con Javier Bellosillo) no haya sido seleccionado sólo cabe entenderse como una censura al éxito político y cultural del actual museo y una pretensión de cambio de orientación al carácter del mismo, no permitiendo que una de las opciones más evidentes (prolongar el modelo del actual museo) entre siquiera en el debate que significa el concurso. Hubiera sido inadmisible el encargo directo de esta ampliación al equipo que nos ocupa, por lo que tendría de reflexión limitada, ante un fenómeno tan cambiante como es la sociedad y la cultura de nuestros días, pero es tanto más grave que, una vez convocado acertadamente el concurso, se excluya a quienes supieron llevar a tan buen fin la obra del actual museo.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de julio de 1999