Más de dos mil moteros, procedentes de diferentes países de Europa y de toda España recalaron ayer en Bilbao donde pasearon en sus mimados y brillantes aparatos por sus calles. El recorrido de la concentración festiva finalizó en el Guggenheim, como se puede apreciar en la fotografía, en una de cuyas explanadas aparcaron mientras los curiosos se acercaban a admirar las máquinas de dos ruedas que, para la mayoría de los dueños, son más importantes que muchos de los miembros de la familia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de julio de 1999