El nuevo alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (PNV), no ha establecido aún ningún contacto con el resto de partidos del consistorio para formalizar un pacto de gobierno, pese a que se comprometió a iniciar los contactos nada más tomar posesión de su cargo el pasado sábado. Azkuna está condicionado por la decisión que tome el PNV respecto a la política de pactos en el resto del País Vasco, especialmente en Álava, donde va a perder por vez primera en 20 años el control de la Diputación. El alcalde bilbaíno se ve obligado a pactar con al menos dos partidos para lograr el apoyo de 15 de los 29 concejales de la corporación. Las coaliciones, descartada una unión entre el PP y los socialistas, pasan por dos opciones: PNV, junto al PSE e IU, que funcionó en la parte final de la anterior legislatura y ha sido defendida por el propio Azkuna, y otra con el apoyo de Euskal Herritarrok e Iniciativa Ciudadana Vasca, una plataforma liderada por un ex alcalde que fue expulsado del PNV.
Todos los partidos del Ayuntamiento, salvo EH que no quiso realizar ningún comentario sobre las negociaciones, confirmaron ayer que no habían establecido ningún contacto con Azkuna. "Ni siquiera ha habido una llamada telefónica para preparar un contacto", coincidieron.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de julio de 1999