La comunidad musulmana de Banyoles (Pla de l"Estany) estaría dispuesta a trasladar la mezquita del barrio de La Farga a otro sitio de la ciudad; sin embargo, pone como condición que el Ayuntamiento legalice este local, que lleva siete años funcionando de manera ilegal en un garaje de la calle de Girona. El alcalde de Banyoles, el republicano Pere Bosch, anunció ayer que el Ayuntamiento estudiará la posibilidad de trasladar este centro de plegaria y oración porque se corre el peligro de que el barrio de La Farga acabe convirtiéndose en un gueto. En opinión de Bosch, la polémica aparecida tras la entrega en el Ayuntamiento de 300 firmas de unos vecinos del barrio de La Farga para impedir que se legalice este local se ha exagerado. Sin embargo, los vecinos de este barrio aseguran que la comunidad musulmana hace mucho ruido, sobre todo durante la plegaria de los viernes, cuando se pueden llegar a congregar frente a la mezquita unas 300 personas. Además, los vecinos del barrio de La Farga también denuncian la venta ilegal que se genera durante prácticamente las 24 horas del día. También plantean quejas porque en el interior del local habilitado como mezquita hay muchas estufas viejas de gas butano con el peligro que ello comporta, ya que temen que se produzca una explosión. Mientras tanto, el colectivo musulmán califica esta actitud de los vecinos de La Farga de racista y niegan todas estas quejas. Ayer, el alcalde de Banyoles, representantes de la comunidad musulmana y de los vecinos de La Farga se reunieron para intentar buscar una solución al conflicto. Bosch anunció que la decisión final de trasladar o legalizar este local se tomará entre todas las partes afectadas. El alcalde de la capital del Pla de l"Estany ha pedido calma y diálogo entre la población mientras se busca una solución. Permisos La Farga es uno de los barrios de Banyoles donde se concentra más población inmigrante. La polémica acerca de la mezquita estalló después que el Ayuntamiento decidiera legalizar este local, que solamente tiene que sustituir unas puertas por otras para cumplir la normativa antiincendios, ya que la mezquita dispone de los permisos de Sanidad y del ingeniero municipal. Esta no es la primera vez que los vecinos y la comunidad musulmana se han enfrentado por un problema de convivencia. En Banyoles, ciudad de 15.000 habitantes, viven 1.500 inmigrantes magrebíes, lo que supone el 10% de su población.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 1999