La Bolsa de Madrid registró en la sesión de ayer un nuevo descenso, el sexto día consecutivo, en el índice general. Todas las plazas europeas finalizaron con subidas en sus indicadores, mientras que la bolsa española fue la que peor comportamiento experimentó y el indicador madrileño cerró con un retroceso cercano al l 1%.
Esta trayectoria negativa se debió en parte a las ventas en el mercado de futuros, lo que arrastró al del contado, pues algunos de los principales valores del Ibex 35 fueron precisamente los más afectados por los descensos. El selectivo Ibex 35 perdió el soporte del 9.600, al registrar una caída de 101,50 puntos, un 1,05%, y habrá que ver si en estos niveles consigue repuntar o por el contrario se dirige a cotas que algunos analistas sitúan en los 9.000 puntos.
En una jornada en la que la Bolsa de Nueva York abrió con clara tendencia al alza, los inversores volvieron a optar por la retirada. Tal vez algunos consideran que todavía se puede entrar en la renta variable a unos niveles de precios más atractivos que los actuales.
De todas formas, los descensos no vienen avalados por importantes cifras de contratación. La actividad fue escasa, pues se negociaron 132.000 millones de pesetas efectivas, 788 millones de euros, y como viene siendo habitual con unas cuantas empresas que permiten mejorar el reducido negocio. Endesa encabezó la lista de los más activos, al registrar varias aplicaciones por un total de ocho millones de títulos, lo que supuso finalizar con 34.400 millones de pesetas de contratación. La mayor caída fue para el sector bancario con una pérdida del 1, 61% en su indicador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 1999