El Gobierno británico mostró ayer su disgusto por la postura alemana de no autorizar la importación de carne de vaca procedente del Reino Unido. El refuerzo de las inspecciones pedido por Andrea Fischer, ministra alemana de Sanidad, suena a "pura retórica", según medios del Ejecutivo británico, partidario de que Bonn sea llamado al orden si no levanta el veto. La Comisión Europea advirtió de que Alemania está obligada a permitir la entrada de piezas de vacuno si desea evitar una sanción.El consumidor alemán no se fía aún de la carne británica, según Fischer. En su opinión, asegurarse de que los mataderos de la isla cumplen con las estrictas normas de higiene impuestas por Bruselas es razonable tras la enfermedad de las vacas locas. "Estamos aplicando las medidas legales necesarias para que entren de nuevo los cortes de vacuno británico en territorio alemán, pero recuperar la clientela llevará tiempo", señaló ayer la ministra a la BBC. Quiere que el Reino Unido refuerce y compruebe de nuevo sus normas de higiene antes de exportar
"Los veterinarios alemanes estuvieron presentes en las inspecciones de la propia Comisión Europea antes de levantar el embargo. Si tienen dudas las despejaremos, pero ello no justifica su actitud", señaló ayer el secretario de Estado británico de Agricultura, Elliot Morley.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de agosto de 1999