Amnistía Internacional (AI) denuncia que continúan las violaciones de los derechos humanos en Libia. "Durante 1998 se detuvo a decenas de personas, entre las que podría haber varios presos de conciencia", asegura el último informe de la organización sobre ese país norteafricano que, además, no aprecia mejoras en la situación desde su anterior revisión hace dos años.De acuerdo con AI, entre junio y julio de 1998 "fueron detenidos al menos un centenar de profesionales entre los que había profesores universitarios, ingenieros, médicos y funcionarios, por sospecharse que podían ser simpatizantes o apoyar al Grupo Islámico Libio", un movimiento clandestino del que se desconoce que haya recurrido a la violencia o abogado por ella. Especial preocupación le merecen los tres ciudadanos de Ghana condenados a muerte en marzo de ese año, y que, al parecer, no tuvieron acceso a un abogado.
También denuncia esa organización que, de los cientos de personas encarceladas a raíz de las revueltas de 1989, "más de 300 permanecen aún en prisión, posiblemente sin cargos ni juicio y sin que se les haya informado de los motivos de su detención". Diez años después, sus familias dicen desconocer el lugar donde se encuentran detenidos.
Además, según el informe, "la tortura constituye una práctica habitual durante los interrogatorios y las confesiones así extraídas son utilizadas para incriminar" a los detenidos. AI considera que "estas prácticas se ven facilitadas por el régimen de detención incomunicada" y pide a las autoridades libias que investiguen las denuncias de torturas, deroguen los castigos corporales y respeten los tratados internacionales que han firmado al respecto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de agosto de 1999