Dos semanas después del violento terremoto que desvastó el noroeste de Turquía, dos nuevos temblores de tierra volvieron a sembrar ayer el pánico en la región. Al menos una persona murió tras haber quedado aplastada por un bloque de hormigón en la ciudad de Izmit (90 kilómetros al este de Estambul), y más de 600 resultaron heridas, la mayoría de ellas por haberse arrojado desde las ventanas de sus casas en una desesperada huida durante la sacudida sísmica. En Sakarya (40 kilómetros al este de Izmit), un hombre se rompió las dos piernas al saltar desde un tercer piso. Esta última ciudad va a ser reconstruida en un nuevo lugar ante los graves daños que sufrieron sus edificios.El primer terremoto, con una magnitud de 5,2 en la escala de Richter, se registró poco después de las once de la mañana (las diez, hora peninsular española). La segunda réplica alcanzó una magnitud de 4,6grados. Los temblores de tierra también fueron sentidos en Estambul, donde se desplomó un edificio que había quedado dañado por el terremoto del pasado día 17.
El Gobierno turco ha contabilizado ya 14.200 muertos y 25.250 heridos en la catástrofe, que ha dejado sin hogar a unas 600.000 personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de septiembre de 1999