Un total de 954 edificios de Barcelona de más de 100 años ya cuenta con el certificado de solidez que instauró hace un año y medio el Ayuntamiento como mecanismo para controlar y garantizar la conservación y seguridad de las fachadas de todos los inmuebles que tengan 15 o más años de antigüedad. Pasado un año y medio, esta cifra supone que han pasado su primera revisión (los certificados deben renovarse cada diez años) el 16,7% de los edificios centenarios de la ciudad, que ascienden a 5.715. Los más de 4.000 inmuebles centenarios restantes disponen aún de un año y medio más para obtener el certificado de solidez, según los plazos de la ordenanza. A partir de su entrada en vigor, los edificios de más de 100 años tenían tres para conseguir el certificado (hasta marzo del 2001); los de 50 a 100 años tenían cinco años (marzo del 2003), y los de 10 a 15 años, seis (marzo del 2004). Esta ordenanza da potestad al Ayuntamiento para requerir el certificado, que deben obtener los propietarios previa revisión a cargo de profesionales. La normativa contempla sanciones de entre 25.000 y 100.000 pesetas y multas para los casos en que no se ejecuten las obras de rehabilitación que establezca la revisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de septiembre de 1999