A las seis de la mañana en punto, los agricultores de regadíos tradicionales de la comarca de la Vega Baja comenzaron ayer a aplicar el último riego del verano a sus campos de hortalizas y frutales. Se trata del cuarto y último riego del año hidrológico, una tanda de 25 días en la que al final se distribuirán 20 hectómetros cúbicos de agua de los embalses del Segura, tres más de los anunciados en principio por la Confederación Hidrográfica. La cantidad asignada a la Vega Baja es insuficiente para atender la demanda de las 26.000 hectáreas de regadío tradicional, repartidas en una veintena de municipios. Así lo reconoció ayer mismo el titular del Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, Antonio Barberá, que anunció un seguimiento exhaustivo de los compromisos alcanzados en el seno de la Confederación para el bajo Segura. Los problemas que ocasionará al arbolado y las cosechas la escasez de agua se conocerán y analizarán más adelante, cuando se sepa cuántos agricultores no han podido regar sus campos tras un mes de agosto especialmente caluroso que ha perjudicado sobre todo a los cítricos. En esos casos la cosecha se perderá.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de septiembre de 1999