En un foro que se realizará como muy tarde en un mes serán definidas las tarifas de energía de 37 municipios colombianos que reciben el servicio de la Hidroeléctrica de Anchicayá. Con esta promesa en el bolsillo, los 100 guerrilleros del Frente 30 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desalojaron la central y dejaron libres a más de 190 personas que mantuvieron como rehenes durante cinco días. Los guerrilleros reclaman la bajada del recibo de la luz en un 30%. La toma ocurrió el martes, pocas horas después de iniciarse una huelga general que paralizó el país por un día. El desalojo empezó el sábado en la mañana, cuando fueron liberados 58 trabajadores. En la tarde, el resto de rehenes y los guerrilleros abandonaron la generadora. El acuerdo con el comandante J.J. fue logrado por delegados de Epsa -empresa de energía del Valle del Cauca-, miembros de la oficina gestora de paz de la provincia y la Cruz Roja.
Desde un comienzo se descartó una intervención militar para recuperar la hidroeléctrica, que genera el 40% de la demanda de energía regional. Los delegados de la empresa privada de energía, armados de carpetas y datos, estuvieron desde un comienzo dispuestos a negociar. Como ocurre muchas veces en este país, se vieron obligados a rendir cuentas al comando insurgente. Al final los convencieron de que Epsa, en los últimos seis años, ha invertido más de 14 millones de dólares (2.240 millones de pesetas) en los municipios vecinos.
Mientras, continúa la polémica por la posición asumida por el Partido Liberal, que el pasado jueves arremetió contra toda la política de paz del Gobierno de Andrés Pastrana. Se les critica que "critiquen", pero que no planteen alternativas. "Por su afán por marcar distancias con el actual Gobierno, [los liberales] han asumido actitudes contradictoras e incluso antagónicas, "reaccionarias" las llama Antonio Navarro", dijo el ex ministro liberal Arturo Sarabia en su columna del diario El Espectador. Navarro , ex guerrillero y hoy congresista, afirma que, "aparentemente, el Partido Liberal está empezando a servirle de receptor a la política paramilitar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de septiembre de 1999