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GENTE

LO ÚLTIMO EN INAUGURACIONES

El último grito en inauguraciones es descubrir un busto con todo el boato protocolario que mandan los cánones, con todas las autoridades que son menester, pero sin el busto en cuestión. Zamora ha sido la experiencia piloto y nadie parece haber sentido el menor ridículo. Ocurrió hace unos días en la céntrica plaza del Cuartel Viejo de esta ciudad, cuando las autoridades y algunos curiosos se dieron cita para homenajear con un pequeño monumento la memoria del agustino Manuel Blanco, descendiente de esta provincia y que en el siglo XIX describió en tres tomos La flora de Filipinas. Un busto del ilustre paisano debía presidir el monumento, pero... allí sólo estaba la peana y la correspondiente placa alusiva a la inexistente figura. El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zamora, Pedro Roda, se vio obligado a explicar que la cabeza del homenajeado todavía estaba en Manila, la capital filipina, y que no llegará a su destino hasta el mes de octubre... del próximo año. Nada evitó que el acto se completara con todo lo previsto: la semblanza de la ceremonia a cargo del director del Museo de San Agustín de Manila, Pedro Galende, que recibió la insignia de oro de la ciudad, y la donación de un cuadro alusivo del asturiano Carlos Roces. Hasta se inauguró una fuente, que sí tenía agua, para que puedan beber los chavales que juegan en la plaza. Y es que, como señalaba el cronista del diario La Opinión ante la brillante ceremonia, "fue una pena que faltara el busto del padre Blanco en la inauguración del monumento a su memoria (...). Porque, por lo demás, el acto, emotivo y sencillo, lo tuvo todo".-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de septiembre de 1999