Sendas multas de 60.000 y 40.000 pesetas ha impuesto el juez de lo Penal número 3 de Santander a los guardias civiles L. A.A.R., cabo primero, y J.C.B.M., de 32 y 30 años, respectivamente, por agredir en el cuartel de Puentenansa al vecino Florencio Gómez Roiz. Los hechos ocurrieron hace dos años al término de una verbena. Los guardias intentaban identificar entre un grupo de personas al autor del lanzamiento de una piedra contra el vehículo que ocupaban, pero como los detenidos no llevaban documentación, y para que no tuvieran que ser llevados todos al acuartelamiento, Gómez Roiz se ofreció a acompañar a los guardias. A la entrada del cuartel, un perro de la Guardia Civil se aproximó al detenido y éste se lo quitó de encima con el pie. El hecho irritó al cabo L.A.A., que propinó a Gómez Roiz un puñetazo en el ojo derecho que le originó la pérdida de un 10% de la visión.
Al caer al suelo, según la sentencia, los guardias le dieron patadas en las piernas y la cabeza para impedir que se levantara. A empujones y con forcejeos, Gómez fue esposado y quedó ingresado en las dependencias. El juez condena a los guardias por lesiones. Además, deberán indemnizar con 519.000 pesetas a la víctima. El fiscal pedía dos años de cárcel para el agredido por atentado a los agentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de septiembre de 1999