Esquerra Republicana (ERC) dibujó ayer un sombrío panorama de la Administración pública catalana, con exceso de altos cargos [EN] y "situaciones evidentes de corrupción, amiguismo,clientelismo, favores y nepotismo". El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, advirtió que la "entrada de aire fresco" en la Administración será una objetivo prioritario para su formación después de los comicios del 17 octubre y anunció que exigirá la aprobación de una Ley de Contratos para Cataluña.
En la calculadísima estrategia de la equidistancia diseñada por los dirigentes de Esquerra, ayer le tocó el turno al Gobierno de Convergència i Unió (CiU). El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Josep Lluís Carod, denunció la existencia de "situaciones evidentes de corrupción" en la Administración catalana, que no precisó, e hizo un llamamiento a los "empresarios honestos" para que denuncien todas las irregularidades y se nieguen a pagar el "impuesto revolucionario" que a su juicio se exige en la adjudicación de obras y servicios de la Administración pública, incluidos algunos ayuntamientos. El dirigente independentista aseguró que su formación exigirá para la próxima legislatura la aprobación de una Ley de Contratos específica para Cataluña que ponga fin a la "sospecha permanente de comisiones y favores". Entre otras medidas, la iniciativa incluye crear "jurados populares de contratación" para velar por la legalidad de todos los contratos de la Administración. Carod-Rovira añadió que en el Gobierno de CiU existen "centenares de altos cargos y asesores con un nivel retributivo excesivo y sobredimensionado" y denunció que "la Generalitat privatiza para amigos y coloca a amigos en empresas". El líder de ERC advirtió que los guiños que le dedica CiU "no tienen credibilidad". "ERC no será la Viagra de un nacionalismo acabado que pretende ahora, cuando se ha hecho mayor, practicar las alegrías que no fue capaz de hacer de joven", remachó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de septiembre de 1999