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Testimonios inútiles

El desfile de testigos por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia no ha concluido. Ayer fue el turno de Cristina Muñoz, una vecina de José y Soledad Muñoz, cuya aportación a la investigación fue similar a la de la mayor parte de los comparecientes que le precedieron: nula. Durante cerca de una hora de declaración aseguró que no presenció ni el atropello del niño ni el linchamiento. Únicamente observó, dijo, a su vecina con el cuerpo de su hijo, ya moribundo, en brazos. Además, aseguró que la familia Muñoz ha puesto su casa de Natzaret en venta, proceso seguido con atención por la acusación particular, que a buen seguro solicitará, al final del procedimiento, que la familia de Civantos sea indemnizada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de septiembre de 1999