El pasado 17 de agosto, Turquía vivió uno de los episodios más trágicos de su historia. Un violento terremoto asoló el noroeste del país, una región muy industrializada, y el 25 de agosto, cuando el Gobierno turco dio las tareas de rescate por terminadas, se contaban más de 18.000 muertes. El sismo causó más de 43.000 heridos, más de 200.000 personas quedaron sin techo, y se originó una importante reacción internacional. Una veintena de países enviaron a 1.300 expertos en salvamento, entre ellos, 35 bomberos de la Generalitat, especializados en rescates. Este equipo partió en la noche del 18 de agosto, el día siguiente al del terremoto, para intentar localizar supervivientes bajo las ruinas. Sus herramientas: perros adiestrados y mucha perseverancia. En la misma expedición participaron cuatro bomberos del Ayuntamiento de Barcelona, nueve especialistas de Getafe (Madrid) y de Avilés (Asturias) y voluntarios de Protección Civil de Martorelles (Vallès Oriental). Esta tarde, a las cinco, se inaugurará en las instalaciones de la Dirección General de Emergencias y Seguridad Civil, en Cerdanyola del Vallès (carretera de la Universidad Autónoma, s/n), una exposición más simbólica que artística. Se trata de un conjunto de fotografías tomadas por los Bomberos de la Generalitat durante los días que permanecieron en Turquía. Entre los invitados a la inauguración estarán seis turcos que asistieron permanentemente a la expedición catalana en tareas de guía, traducción e interpretación. La exposición estará abierta hasta el próximo 9 de octubre, pero más adelante se podrá ver en Lleida, Girona y Tarragona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de septiembre de 1999