El equipo de gobierno del PP en la Diputación de Valencia aprobó en el pleno de ayer, con los votos en contra de la oposición, el balance de cuentas del año pasado, que presenta el mayor endeudamiento de su historia. Hasta el punto de que, según un informe del interventor, el coeficiente de endeudamiento supera el límite legal del 110% y se dispara hasta el 125,5%. Estas cuentas reflejan también que el gasto corriente se ha incrementado un 16% con respecto al de 1997; que se ha recaudado menos de una tercera parte de las transferencias previstas de otras instituciones y que no se han ejecutado ni la mitad de las inversiones previstas. En concreto, apenas se ejecutaron el 44% de las inversiones, cuatro puntos menos que el ejercicio anterior. El portavoz de Economía del PSOE-Progresistas, Manuel Moret, denunció la "grave situación financiera" de la Diputación con "un endeudamiento difícilmente soportable". Silvestre Senent, del PP, replicó que el balance también tiene "puntos positivos". Por otra parte, el presidente Fernando Giner accedió a aplazar la aprobación de una inversión de unos 1.000 millones del Plan Hidrológico para el 2000. Tomó esta decisión después de que el diputado socialista Francisco Ruiz, protestara porque las cifras presentadas superaban en unos 200 millones las que estaban fijadas en el convenio suscrito entre el ente y la Consejería de Obras Públicas. Ruiz teme que esta cantidad adicional "le toque sufragarla a la Diputación, como ha ocurrido en otras ocasiones". Por último, el PP rechazó que la oposición esté representada en la Mesa de Contratación, en la que se seleccionan las empresas que se quedan los contratos públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de septiembre de 1999