El próximo 7 de octubre Carlos Fuentes recibirá en México la Medalla de Honor Belisario Domínguez, una distinción a la labor "civil y humana" del autor de La muerte de Artemio Cruz. "No hay mejor homenaje que el que recuerda el trabajo cívico de los individuos", señaló ayer el escritor, que quiso celebrar el Nobel de Günter Grass afirmando: "Grass le devolvió la imaginación y la lengua a un país enmudecido".
"Con su imaginación y su rebeldía, Günter Grass recuperó un idioma perdido, sepultado por los nazis. Su importancia cultural y política es enorme, ya que un país sin lengua no es sólo un país mudo, sino un país sometido". Carlos Fuentes (Ciudad de México, 1928) viajará hoy a París para inaugurar la cátedra Alfonso Reyes del Instituto de Estudios Latinoamericanos. Desde allí irá a México para recibir, de manos del presidente Ernesto Zedillo, este "especial e importante homenaje", que en los últimos años ha destacado el esfuerzo democrático de escritores, artistas, intelectuales y políticos mexicanos. Un premio que se suma al Rómulo Gallegos, al Nacional de Literatura de México, al Cervantes, al Menéndez Pelayo o al Príncipe de Asturias, entre otros que ya posee este escritor que defiende el castellano como el gran territorio común de todos los hispanohablantes."Luego volveré a Londres", continúa el escritor, que ya prepara lo que podría ser su próxima novela. "Londres es el lugar ideal para escribir", dice, "allí apenas tengo vida social. Madrid es maravilloso para visitar, pero sería imposible escribir aquí, demasiados amigos, nunca logro acostarme antes de las cuatro de la mañana". Pinochet
Desde su casa de Londres, el escritor -cuya última obra, Los años con Laura Díaz, es una novela coral de más de 500 páginas que ofrece una visión de México a través de los cien años de la vida de una mujer- sigue de cerca el caso Pinochet, un dictador que le viene a la mente al hablar de la Medalla de Honor Belisario Domínguez, "que fue un senador que sacrificó su vida al enfrentarse a Victoriano Huerta, el Pinochet mexicano".
"¡Es tan extraordinario lo que está ocurriendo con Pinochet!", exclama Fuentes; "es esperanzador ver que los derechos humanos son por una vez una cuestión universal, así que no me vengan con cuentecitos de la soberanía latinoamericana, que ha sido constantemente violada no por España, sino por Estados Unidos. Los mismos que hoy se levantan contra lo que está ocurriendo con Pinochet no movieron un dedo cuando el intervencionismo de Estados Unidos se desplegó por tantos países. Pinochet ha sido un brutal dictador que merecía esto. Además, creo que esta situación ayudará a la transición chilena más que nada".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de octubre de 1999