La Comisión Europea apuesta decididamente por que, en el futuro, los usuarios de las carreteras paguen por el uso de estas infraestructuras cada vez que circulen por ellas. No sólo por las autopistas de peaje, también por las autovías europeas públicas, por carreteras menores y hasta para transitar por las vías urbanas.Así se recoge en el Libro Blanco sobre tarifas por el uso de las infraestructuras aprobado por Bruselas en julio de 1998, un año antes de que Loyola de Palacio, comisaria europea de Transportes y Energía, anunciara la idea y desencadenara un gran revuelo. Una responsable de la Comisión insistió ayer en Valencia, durante unas jornadas sobre sistemas de cobro electrónico en peajes, en la idea de pagar por conducir.
"La Comisión Europea piensa que hay que cobrar por usar las infraestructuras para contribuir a que sean más eficaces, tanto las ferroviarias como las aéreas, las marítimas y las carreteras", aseguró ayer la griega María Papathanassiou, miembro de la Dirección General de Transportes de la Comisión Europea, durante un seminario organizado por el Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia. "En el caso de las carreteras", explicó, "hay que pagar por el desgaste, por el daño medioambiental, los atascos y los accidentes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 1999