El Partido Conservador británico prosiguió ayer en su línea dura con respecto a la Unión Europea (UE) y se comprometió a negociar cambios en profundidad en el Tratado de Roma, carta fundacional de la Unión, para que cada país adopte las directivas que desee. El portavoz de Exteriores de los tories, John Maples, señaló en el congreso anual del partido que las únicas decisiones que deberían ser asumidas a nivel europeo son las relativas al libre comercio y a la libertad de mercado.Los sondeos indican que los conservadores están muy lejos de volver a gobernar, pero, sin parecer afectado por ello, Maples aseguró que en el momento en que lo hagan su Gobierno negociará una enmienda al tratado para "conceder a cada país la libertad de decidir por sí mismo si aplica o no la nueva legislación" de la UE.
El discurso fue pronunciado en plena guerra interna entre congresistas antieuropeos y proeuropeos, éstos cada vez menos y más alarmados, y se supone que proporcionará munición crítica al Partido Laborista, que ya ha hecho notar que los conservadores están aplicando una peligrosa estrategia de retirarse de la UE.
Maples no mencionó la retirada como una posibilidad y negó que su petición de una UE más flexible -ya expuesta por el líder conservador, William Hague, este verano en Hungría- fuera antieuropea. Pero, para los tories más euroescépticos, su promesa de renegociar no es lo suficientemente ambiciosa porque se refiere sólo a la nueva legislación y no a documentos ya existentes, como el Tratado de Maastricht.
Dos antiguos barones conservadores, Kenneth Clarke y Michael Heseltine, alertaron sobre los riesgos que corre el partido al adoptar políticas extremistas y subrayaron que la deriva hacia la derecha y el nacionalismo les dejará en permanente oposición. Hague, entrevistado por la BBC, aseguró que desea que el Reino Unido siga siendo parte de la UE, pero "sin tener que firmar cada pieza chiflada de legislación. No queremos vernos obligados a asumir todas las leyes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 1999