NADA NUEVO bajo el sol. Los miembros del Consejo de Administración de RTVE elegidos a propuesta del PSOE abandonaron ayer ese organismo a fin de "no legitimar con su presencia" el "atentado contra la libertad de expresión" en que, a su juicio, incurren televisión y radio públicas. Es lo mismo que con idénticos argumentos y similar ademán hicieron los representantes del PP poco antes de las elecciones de 1993.Los socialistas han querido acompañar con ese gesto espectacular la presentación de un informe titulado La manipulación informativa en TVE. El portavoz socialista, Pérez Rubalcaba, completó el gesto con el anuncio de que estudian la posibilidad de recurrir a algún órgano encargado de velar por los derechos de los ciudadanos. Tampoco esto es nuevo. A fines de 1995, desde el PP se hizo saber que estaban estudiando plantear ante el Parlamento Europeo la creación de una comisión que supervisara el inminente proceso electoral a la vista del abuso gubernamental de la televisión pública.
Desde luego, el sectarismo de TVE en favor del PP salta a la vista y resulta más insufrible a medida que se avecinan las elecciones generales. Otro tanto cabe decir de casi todas las televisiones autonómicas. O de la televisión que hizo el PSOE en su día. Todo ello confirma que con las leyes vigentes no hay televisión que escape a la manipulación del Gobierno. En cierto modo es el botín de quien gana las elecciones. Dentro del edificio institucional de nuestra democracia hay pocas cosas que funcionen peor que RTVE en términos de igualdad de oportunidades. Pero precisamente por eso es más urgente reformar su estatuto que realizar gestos hacia la galería.
La impresión entre los profesionales es que la cosa ha ido a peor. Resultan insoportables esas entradillas con tonillo, y ridícula la obsesión por compensar toda noticia desfavorable para el Gobierno o el PP con otra que se supone negativa para la oposición. Y aunque es un terreno propenso al subjetivismo, algo debe querer decir el hecho de que en vísperas del 13-J la Junta Electoral se viera obligada a llamar la atención varias veces a la dirección de TVE.
Es lógico que el PSOE se queje, y poco democrático que traten de cerrarle la boca con el "y tú más". Pero ni aun eso justifica que se enfatice la protesta con el gesto grupuscular de hacer mutis cuando se acercan las elecciones. Por respeto a las instituciones. Pero si esa razón no les convence, que consideren esta otra: salirse de los organismos públicos para denunciar su manipulación trasluce, cuando se hace en vísperas electorales, una moral anticipada de derrota. Aznar amenazó el 8 de octubre de 1989 con retirarse de las elecciones, que perdería poco después, si seguía la manipulación de TVE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 1999