Al menos 29 personas fueron asesinadas entre el domingo y el lunes en el noroeste de Colombia en varios actos violentos cometidos por paramilitares y guerrilleros. El suceso más grave se registró en una zona rural de Heliconia, 40 kilómetros al suroeste de Medellín, capital de la provincia de Antioquia. Allí se hallaron los cadáveres de 13 jóvenes, atados y amordazados.Los jóvenes fueron obligados por hombres armados a salir de sus viviendas el domingo por la noche y trasladados a un descampado, donde aparecieron sus cuerpos tiroteados. Las autoridades civiles de Medellín atribuyeron el múltiple crimen a los paramilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU). En Becerril, también al norte del país, otros seis civiles fueron asesinados por las ACCU.
Estas matanzas fueron precedidas por un asalto conjunto de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a una hacienda ganadera de Mutatá, 247 kilómetros al oeste de Medellín. Cinco campesinos, entre ellos un indígena, murieron durante el asalto de unos 150 rebeldes, según informó el Ejército colombiano. Las fuentes agregaron que otros cinco hombres fueron asesinados por grupos armados no identificados en una zona rural de dos poblaciones cercanas a Medellín. Tres de estas víctimas fueron halladas en Barbosa y las otras dos en Copacabana.
Armas para las FARC
Por otra parte, la cadena de televisión estadounidense MNSBC, citando fuentes del espionaje de EEUU, informó ayer de que las FARC recibieron en septiembre un cargamento de rifles de asalto AK-47, por valor de unos 8.300 millones de pesetas, que fue lanzado desde un avión de carga ruso.El origen del envío no fue determinado por las fuentes anónimas, pero si precisaron que el avión hizo una escala técnica en el principal aeropuerto de Jordania sin problema alguno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de octubre de 1999