Los linfomas siguen aumentando en los países desarrollados. Los especialistas calculan que este tumor hematológico, de amplia y compleja clasificación, arroja una tasa en España de entre 8 y 24 nuevos casos por 100.000 habitantes cada año. "La incidencia en nuestro país es similar a la de otros países occidentales: como media general, se producen unos 20 nuevos casos al año por 100.000 habitantes", indica Miguel Ángel Piris, jefe del servicio de anatomía patológica del hospital Virgen de la Salud, de Toledo.Según este especialista, que ha coordinado con otros expertos el libro Síndromes proliferativos, no es fácil determinar las causas del aumento. Ciertos virus y el uso de pesticidas y agentes químicos medioambientales son factores de riesgo que cada vez se barajan con más solidez, así como los estados de inmunodeficiencia severa, al alterarse los mecanismos inmunológicos de control del crecimiento y desarrollo tumoral.
Piris advierte que el diagnóstico de este tumor debe ser lo más preciso posible: "Hay una gran variedad de linfomas, aunque los más comunes son 12 tipos diferentes, y su pronóstico dependerá de la clase de linfocitos que estén afectados, en qué órgano se localice y qué alteraciones genéticas cause. Hay tipos con una tasa de mortalidad a los cinco años de un 3% y otros en que este porcentaje se eleva al 100%".
Javier García-Conde, jefe del servicio de onco-hematología del hospital Clínico de Valencia y coautor del libro, apunta que se ha progresado mucho en los últimos años en el conocimiento de las alteraciones citogenéticas, moleculares e inmunológicas. "Estos nuevos conocimientos no sólo están sirviendo para un diagnóstico más precoz y preciso, sino también para avanzar en los distintos tratamientos. El avance más reciente en el abordaje terapéutico viene de la mano de los anticuerpos monoclonales", indica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de octubre de 1999