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Cifra

Muro tatuado de signoscomo el cuerpo de la noche estrellada.

Arriba, ni nubes ni astros:

una arquitectura de madera,

arcadas, oquedades pobladas de ecos.

Horizonte de tiempo petrificado:

cada sello es una cifra,

cada cifra una ventana,

cada ventana una mirada

que perfora los días

y desvela su rostro:

no el de ayer o el de mañana, el de ahora.

Las ventanas son sellos

y los sellos son signos

resueltos en sinos:

la pareja se encuentra y se enlaza.

Ella y él son sello viviente,

la desnudada cifra del diario recomienzo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de octubre de 1999