Un grupo de 70 vecinos del barrio de la Alameda de Osuna (Madrid) acudieron ayer a las diez de la noche en pijama al aeropuerto de Barajas para protestar por las molestias que descargan los aviones que sobrevuelan sus viviendas. Los manifestantes gritaron consignas contra los responsables aeroportuarios y pusieron en funcionamiento una grabadora en la que guardaban el sonido que soportan diariamente desde sus casas. Esta protesta tendrá seguimiento durante todos los primeros lunes de mes.
Los vecinos de la Alameda de Osuna reclaman la eliminación de vuelos nocturnos, que la terminal de carga sea desplazada a otro lugar del aeropuerto, que subsanen el fuerte olor a queroseno que sufren actualmente y que "derriben el recién inaugurado dique sur".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de octubre de 1999