El déficit de democracia interna, los recelos a afrontar la profesionalización de la labor que realizan los cooperantes o la distancia que, en numerosas ocasiones, separa a la oligarquía que dirige las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo (ONG) del resto de tejido asociativo son algunos de los factores que intervienen en la "crisis de identidad" que atraviesa gran parte del movimiento solidario, según señaló ayer la directora de Acsur-las Segovias, Graciela Malgesini.Durante la jornada celebrada ayer del I Foro de Solidaridad y Cooperación Bancaixa, Malgesini se refirió a la necesidad de afrontar aspectos como la búsqueda de la legitimidad de las ONG -"muchas organizaciones se han convertido en subcontratas de entidades oficiales de cooperación"-, ya que, para la directora de Acsur, "la credibilidad pública es la única fuente de supervivencia de las ONG".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de octubre de 1999