El conflicto entre el Ayuntamiento de Madrid y diez profesores de adultos que imparten clases a unas 600 personas en siete distritos terminó ayer. Al menos, de momento. Después de la recogida de firmas y de muchas protestas de los afectados, el Ayuntamiento, por fin, ha accedido a contratar a los maestros y a iniciar el curso escolar a primeros de noviembre. La pugna entre profesores y Ayuntamiento comenzó en febrero pasado. En esa fecha, los educadores reclamaron al consistorio que les contratara de manera indefinida porque, decían, los ocho años que trabajaron como autónomos les daban ese derecho. El Juzgado número 2 de lo Social les dio la razón, pero el gobierno municipal recurrió la sentencia y no acató la orden. Las clases, entonces, acumularon casi un mes de retraso.
Ayer, el grupo municipal de Izquierda Unida presentó en el pleno una propuesta para la normalización laboral de los profesores y la extensión del servicio a todos los distritos de la capital. El PP rechazó la proposición, pero aceptó la parte relativa al acatamiento de la sentencia. Así las cosas, los profesores gozarán de un contrato fijo discontinuo, en espera de que el Ayuntamiento defina la convocatoria que ha abierto recientemente y de que se resuelva el recurso que ha interpuesto ante el Juzgado número 2 de lo Social.
Mientras se llevaba a cabo el pleno municipal en la Casa de la Villa, en la plaza, un grupo de alumnos protestaba y pedía el inmediato comienzo de las clases. Con pancartas en las que se leían textos como: "El PP nos quiere analfabetos", los alumnos, un centenar de personas en su mayoría de más de 60 años, aguantaron estoicamente más de dos horas bajo la lluvia.
"Con lo que he aprendido en las clases ya puedo distinguir los letreros de las calles. Antes me tocaba ir letra por letra. Estos cursos me han servido mucho porque me distraen. Además, soy viuda y no tengo hijos, así que espero que comiencen rápido las clases porque estamos perdiendo mucho tiempo", declaró ayer Mercedes Arias, de 69 años, una de las alumnas afectadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de octubre de 1999