Los socios del Aquàrium del Port Vell negocian su venta al propietario del centro comercial Maremàgnum, el fondo de inversión inmobiliaria norteamericano DLJ. El Aquàrium se encuentra muy cerca del Maremàgnum y la llegada a buen fin de la negociación depende de la manera en que DLJ está estudiando aprovechar las sinergias de su centro comercial y la de las instalaciones del zoo acuático. Tras las conversaciones, el precio del complejo de ocio se sitúa en unos 2.000 millones de pesetas.
El Aquàrium està controlado por el grupo de inversores que impulsó su construcción y puesta en marcha. El principal accionista es la Caixa de Catalunya con 25,78%. Le siguen la constructora Acciona (20,90%), la firma Underwater International (20%), el Puerto de Barcelona (19,39%), el grupo de Singapur Hong How Corporation LTD (6,67%) y un grupo de accionistas minoritarios que controlan el restante 7,26%.Una de las condiciones para que se produzca la operación es que todos los socios vendan de manera conjunta. Los principales interesados en dejar la sociedad son el Puerto de Barcelona, Acciona y la Caixa de Catalunya. Los tres consideran que esta inversión, que actualmente ha encontrado su punto de rentabilidad, ya ha alcanzado la madurez y es el momento de recoger plusvalías.
El Aquàrium costó unos 800 millones de pesetas y el precio que se señala para que los socios confirmen la desinversión se sitúa en torno a los 2.000 millones.
El Aquàrium, que está gestionado por la empresa Mundo Submarino, factura anualmente 1.700 millones, recibe 1,5 millones de visitantes al año y declaró 280 millones de beneficio neto en 1998.
Además de DLJ, se está en negociaciones con un grupo francés que también ha mostrado interés en adquirir el complejo. Sin embargo, todos consideran favorito al norteamericano por varias razones.
DLJ es un viejo conocido del Puerto de Barcelona y de Acciona, que ya le vendieron hace más de un año el centro comercial Maremàgnum por 10.000 millones de pesetas.
Además hace unos meses se estuvo a punto de cerrar el trato con el grupo francés, pero las conversaciones se frustraron en el último momento, cuando los franceses presentaron una oferta varios cientos de millones de pesetas por debajo del precio que se había establecido para la transacción. Por tanto, ahora los socios del Aquàrium consideran que la opción francesa no puede considerarse de confianza. DLJ ha de integrar la compra del Aquàrium con el resto de la oferta del Maremàgnum.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de octubre de 1999