Australia cumplió el pronóstico y se convirtió ayer en Cardiff en el primer semifinalista de la Copa del Mundo. Venció a Gales en su nuevo estadio del Milenio por 24-9, pero el resultado final no reflejó los apuros de los Wallabies durante más de una hora del partido de cuartos de final. El sur mantuvo la lógica de su superioridad sobre el norte, pero le costó mucho trabajo, con un juego sin brillantez y con fallos. Australia mandó en el marcador, pero sólo por un mínimo 10-9 hasta el minuto 68 en que sentenció con su segundo ensayo (17-9). El apertura Larkham sacó el balón de un maul y dio una espléndida patada a seguir que aprovechó el tres cuartos ala Tune para lograr el ensayo clave. Gales ya no reaccionó. El tercer ensayofue un grave error arbitral, al no ver un pase adelantado.Gales se despidió en su campo con honor, pero con amargura, porque en sus últimos tiempos de penuria, bien lejos de los dorados de antaño, nunca rozó tanto ganar a uno de los grandes. Aunque pareció entregarse pronto y encajó el primer ensayo a los cinco minutos tras otro error defensivo como los que le costaron la derrota ante Samoa, plantó después cara. Le favoreció la lluvia, que impidió el juego a la mano australiano, y sacó partido de su mayor peso en delantera. A Australia le salvó su gran defensa, la mejoría de su zaguero y pateador Burke, y su astuta calidad, que sacó a relucir tras el descanso.
Australia jugará una semifinal el sábado 30 contra el vencedor del Suráfrica-Inglaterra de hoy, en París. La otra, el domingo 31, entre los otros ganadores de hoy: Nueva Zelanda-Escocia y Francia-Argentina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de octubre de 1999