Investigadores del hospital John Hopkins, de Baltimore (EE UU), anuncian en la revista Cancer Research haber aplicado con éxito un procedimiento de terapia génica para activar el sistema inmunológico contra el cáncer de próstata metastásico. Los investigadores inyectaron una vacuna creada genéticamente en 11 pacientes de cáncer de próstata cuya enfermedad seguía propagándose tras la extirpación total de las glándulas prostáticas. "Nos asombró descubrir que todas las partes de su sistema inmunológico entraban en alerta y se activaban", indica Jonathan Simons, investigador principal del estudio. "Utilizando la terapia génica hemos reeducado el sistema inmunológico para que reconozca las células del cáncer de próstata como una infección", añade. Para crear la vacuna, los investigadores utilizaron células cancerosas extraídas del tumor de próstata del propio paciente durante la operación, cultivadas luego en laboratorio. Se introdujo en la vacuna el gen GM-GSF, el más potente que se conoce que activa el sistema inmunológico, para que éste reconozca los antígenos del tumor. La transferencia del gen a las células se logró mediante un retrovirus modificado genéticamente para lograr que fuera inocuo.A las cuatro semanas de inyectarse las vacunas se observaron células inmunes en el flujo sanguíneo. Las células B produjeron anticuerpos resistentes a las células prostáticas y los linfocitos T atacaron directamente al tumor. Una vez reeducados para considerar las células prostáticas como anticuerpos extraños, los antígenos actúan como semáforos del sistema inmunológico, haciendo que las localicen y las destruyan.
"El gen que utilizamos para excitar al sistema inmunológico es tan bueno que lo activa todo", explica William G. Nelson, otro de los investigadores. "No nos sorprendió observar la activación de las células T, el brazo armado del sistema inmunológico, pero vimos que la vacuna estimulaba también una nueva producción de anticuerpos de alto nivel. Una activación tan completa y tan plena del sistema inmunológico contra el cáncer era algo desconocido hasta ahora", añade. Todas las células prostáticas son el blanco de este tipo de terapia, porque cualquier célula prostática que sobreviva a la cirugía tiene el potencial de volverse maligna y provocar metástasis.
Puesto que la próstata no es un órgano vital, los investigadores sostienen que la destrucción de todas las células prostáticas no implica riesgos y no produce incontinencia o impotencia, como puede suceder con otras terapias. De hecho, los pacientes soportan tan bien la terapia que no precisan hospitalización. "La idea de utilizar el sistema inmunológico contra el cáncer de próstata es muy novedosa y, combinadas con la terapia actual, ofrece verdaderas esperanzas, porque muchos de los tratamientos convencionales no matan de manera eficiente las células metastásicas", concluye Simons.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de octubre de 1999