Gracias a un estudio hecho público ayer en Londres, ya podemos conocer los efectos benéficos del grito: permite liberar tensiones, ayuda a quemar calorías, incrementa la energía y la resistencia y, no por último menos importante, puede convertirnos en fogosos amantes. Un alarido previo prolongado y tan fuerte como sea posible contribuye a mejorar la relación sexual, según un informe elaborado por el especialista en estrés David Lewis, quien al tiempo reconoce las pocas oportunidades que se presentan actualmente de emitir un grito en condiciones. Sus conclusiones aparecen avaladas por las parejas que se sometieron al experimento, que, tras el aullido, confesaron sentirse menos inhibidas, con mejor humor y mayor energía para hacer el amor. Según el médico, gritar en casa, en el trabajo o en su vehículo "permite al individuo estar más dispuesto a afrontar las tensiones inevitables de la vida". También recomienda a las parejas que vean alguna película de terror que justifique los gritos y ponga las hormonas a punto.- ,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de octubre de 1999