El día 19 de octubre quedó atorada mi tarjeta Visa Cash (tarjeta monedero) en una cabina de Telefónica. Llamé a averías y la solución sólo era anular la tarjeta. Les informé de si podían ponerme en contacto con el número que recoge los avisos de anulación de tarjeta, ya que no disponía de dinero suelto. Nada. Les pedí si, tras retirar la cabina defectuosa, podría ir a recoger mi tarjeta a alguna oficina (había otras tantas). Me contestaron que el técnico las tira a la basura. Llamé desde casa a la entidad bancaria Caja Madrid, la cual me informó de que ellos creen que el servicio de mantenimiento tiene la obligación de llevarla a cualquier sucursal, y allí, por valija, me la devolverían. Si quisiera de nuevo recuperar mi dinero, lógicamente necesitan el soporte físico para "leer" el importe que refleja el chip de dicha tarjeta. Llamé de nuevo a Telefónica (con tecnología punta), pero un supervisor ignoraba qué se hacía con las tarjetas obstruidas.Soy yo la que ignora cuánto tiempo tenemos que soportar estas estafas cada día: entre la no devolución de dinero en las cabinas, un servicio caro y defectuoso, la dejadez ante casos de este tipo...
Ante mi indefensión, ¿no es inútil poner en manos de Telefónica el monopolio de las llamadas locales?- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de octubre de 1999