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Blair canta victoria

El Gobierno británico recibió ayer con entusiasmo la decisión unánime del comité científico y empezó inmediatamente a presionar por el levantamiento del embargo francés y alemán a sus productos. El primer ministro, Tony Blair, no tardó ni una hora en declarar: "Es exactamente lo que esperábamos, y por lo que hemos luchado muy duramente. Ahora redoblaremos los esfuerzos para que la decisión se lleve a la práctica, y seguiremos ayudando a nuestros ganaderos a recuperarse del desastre de la epidemia". Blair aprovechó para defender su estilo "calmado pero firme" en la resolución de la crisis, en una clara alusión a las muestras de dureza que la oposición conservadora le había exigido estos días.El ministro de Agricultura, Nick Brown, dedicó palabras conciliadoras a su homólogo francés, Jean Glavany -"espero que arreglemos el asunto con unos vasos de vino francés"-, pero sólo para aclarar de inmediato que París está forzado a levantar el embargo.

Ben Gill, presidente del principal sindicato ganadero, la National Farmers Union, saludó también la "victoria del sentido común" y afirmó que "la magnitud de la presión sobre Francia para que levante su embargo inmediatamente es abrumadora".

El Gobierno francés, sin embargo, brilló por su embarazoso silencio y se limitó a diferir hasta "principios de la semana próxima" cualquier decisión. Y la ministra alemana de Sanidad, la ecologista Andrea Fischer, insistió en que pondrá la protección de la salud de los consumidores por encima de cualquier otra consideración.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de octubre de 1999